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jueves, 29 de diciembre de 2011

47-Un Dios que se arriesga Vol.2

Hace tiempo escribi una entrada llamada "Un Dios que se arriesga" donde mencionaba la libertad que nos dio Dios de tomar decisiones ejemplificada en la parabola del hijo prodigo.Para no hacerles largo el cuento, les digo que sigo inclinado a pensar en mi humilde y limitada humanidad acerca de Dios como el padre en la historia del hijo prodigo, amandonos, esperandonos sin saber sabiendo (parafraseando al Chavo del 8)si venimos a pedirle mas plata para malgastar o si venimos arrepentidos de verdad, un padre que se levanta y corre a nuestro encuentro.

Bonhoefer decia que este mundo era un mundo adulto que no necesitaba de Dios, pero que ironicamente esta caracteristica lo hacia mas sensible para sentir el verdadero amor de Dios hacia las personas.Para ampliar este punto añado una frase de Roscharch, personaje del comic de culto "Watchmen"

"No es dios quien mata a los niños. Ni es el destino el que los despedaza, ni es la casualidad la que se los da de comer a los perros. Somos nosotros. Solo nosotros."

Mucha gente de una manera u otra culpa a Dios, sin embargo hay unos cuantos que asumen la responsabilidad que como humanos tenemos sobre las malas decisiones que tomamos.Sin embargo hubo una vez en que Dios tambien asumio la responsabilidad de darnos libre albeldrio, la responsabilidad de no crear robots obedientes que no cuestionaran sus ordenes.

En una cruz romana del siglo primero , era crucificado el mismo personaje que predico la libertad de los cautivos, que dio vista a los ciegos y devolvio hijos muertos a sus madres .Este hombre clamo una frase curiosa, trascendente y a la vez actual:"Padre mio,¿porque me has abandonado?"Dios mismo hecho hombre pago el precio por darnos libertad de pensamiento

Reitero la frase de Roscharch, acerca de las maldades que achacamos a Dios:

"Somos nosotros. Solo nosotros"


1 comentarios:

Miguel Quintero (Owirúame) dijo...

Curioso Luis, como el Señor trabaja con estos ciclos... acabo de publicar hace nada "la otra historia" de la parábola del hijo pródigo en la guarida (a la cual he vuelto).

Efectivamente somos nosotros, sea que vayamos y regresemos o "nos quedemos en casa", somos nosotros los que no hemos podido descifrar ese amor que nos llamó a ser libres, a amar desde la libertad.

Un abrazo!

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